lunes, 18 de abril de 2016

Descubrimiento del magnetismo

Descubrimiento del magnetismo


Acerca del descubrimiento del imán como tal, existen varias versiones. Una de ellas le da una antigüedad de 2 500 años y lo hace originario de la ciudad de Magnesia en Asia Menor, por lo que a sus propiedades se les llama magnéticas; su aspecto era el de una piedra negra a la que se llamó piedra imán.
     Entre las leyendas chinas, se cuenta una en la que los chinos se adjudican el descubrimiento de la piedra imán en el año 2 700 a J.C., e incluso haberla utilizado para fabricar una brújula rudimentaria.
     Esto último es factible, si se considera que entre los siglos Xll y Xlll de nuestra era, los chinos ya usaban la brújula para orientar sus viajes por barco.

¿Quién inició los estudios sobre magnetismo?
     Cristóbal Colón, en su primer viaje a América, observó que los polos geográficos de la Tierra no coinciden con los magnéticos. Mucho tiempo después, alrededor del año 1600 de nuestra era, el médico de cabecera de la reina Elizabeth I, William Gilbert, publicó en Londres un libro titulado
De Magnete, que era una recopilación de los conocimientos existentes sobre la electricidad y el magnetismo.
      Hizo, además, muchos experimentos que le llevaron a descubrir que nuestro planeta es un gran imán con dos polos, uno al Norte y el otro al Sur, y que los polos geográficos y magnéticos no coinciden exactamente.    También ideó un ingenioso mecanismo, especialmente útil en la navegación, para encontrar la latitud de cualquier lugar del mundo, sin la ayuda de cuerpos celestes, en medio de la niebla u oscuridad, haciendo una analogía entre un imán esférico y la Tierra, utilizando un diagrama apropiado que él calculó.
     Esta hipótesis fracasó por completo y fue Newton (medio siglo después) quien, con su Ley de la Gravitación Universal y sus leyes de la mecánica, logró explicar el movimiento de los planetas.
Entre los científicos más destacados y que contribuyeron en forma decisiva al desarrollo de la teoría magnética se encuentran Charles Coulomb y Hans Christian Oersted. Charles Coulomb descubrió en 1785 cómo varía la fuerza de interacción entre polos magnéticos, cuando cambia la distancia entre ellos.

     Corresponde a Oersted el honor de haber encontrado en 1820 la relación entre la electricidad y el magnetismo, al notar en una de sus clases que la aguja de la brújula gira cuando se encuentra cerca de un alambre que conduce una corriente eléctrica. Descubrió así que existe una interacción entre imanes y carga eléctrica en movimiento; pero debemos recordar que los imanes sólo interaccionan con imanes, por lo que se deduce que la corriente eléctrica produce un campo magnético.

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